Máquina de terminal de extremo de barandilla de carretera

Imagínate circulando por la autopista, con el viento azotándote el pelo (o el techo solar, si te apetece). De repente, un ciervo se cruza en la carretera. Frenas de golpe, el coche derrapa y... bueno, ahí es donde las cosas se ponen feas. Afortunadamente...